miércoles, 27 de junio de 2018

El proceso de cambio: ¿siempre es posible cambiar?

Siempre que una persona viene a terapia busca conseguir algún cambio. En algunas ocasiones este cambio se refiere a alguna circunstancia externa pero en muchos casos el cambio implica algún aspecto de la persona (conducta, emociones, pensamientos, esquemas mentales, etc). Llegados a este punto, nos podemos plantear, ¿siempre es posible el cambio?. 

Es díficil en psicoterapia hablar en términos de "siempre" o "nunca" ya que suelen haber excepciones para todo. Es la riqueza de trabajar con seres humanos y no con máquinas que serian mucho más predecibles. 

Lo que sí que podemos hacer es indagar en los motivos por los que una persona no cambia o le cuesta hacerlo. 

La persona puede tener dificultades para cambiar si: 

  1. Tiene unas creencias limitantes sobre su capacidad de cambiar o sobre el cambio en general. Mucha gente parte de la premisa de que laas personas no cambian y, por lo tanto, ya parten de una limitación muy importante, la que le impone sus propias creencias. Muchas veces consideran que se trata de temas innatos o genéticos que no se pueden modificar o atribuyen las causas de sus comportamientos, emociones o esuqemas mentales a factores externos, por lo que en estos casos no es posible el cambio, si no se modifican estas creencias). 
  2. No tiene la percepción de que haya algo que cambiar. Como veremos despues cuando explique las fases del proceso de cambio, la persona puede encontrarse en una etapa en la que no ve la necesidad de cambiar porque no ve el problema. En estos casos es importante más que buscar el cambio, buscar que la persona sea consciente del problema. Ya lo veremos después con más detalle. 
  3. Tienen muy claros los costes que implica cambiar y no les compensan las ventajas del cambio. En este caso, es complicado que quieran dar el paso ya que los costes superan a los beneficios de cambiar o estos son a más largo plazo que los costes. 
  4. No saben cómo hacer para cambiar. Piensan que no tienen las herramientas o los recursos para cambiar y por eso ya ni lo intentan porque no saben por donde empezar. 
  5. No saben a quién pedir ayuda para conseguir el cambio. Son conscientes que necesitan ayuda porque saben que solos no lo van a conseguir pero no saben qué profesional les podría ayudar. La concepción de psicólogo como persona que te puede acompañar en un proceso de cambio no está muy extendida y realmente puede suponer una ayuda inestimable para aquellas personas que necesitan cambiar ciertos aspectos de su vida para poder vivir una vida más plena. Poco a poco hay que dar a conocer esta opción para que las personas sepan que pueden contar con los psicólogos para conseguir sus objetivos de cambio. 
Como podemos ver son muchos los motivos por los que una persona puede tener dificultades para cambiar. Para los psicoterapeutas y psicólogos nos ha resultado muy útil una herramienta elaborada por Prochaska y Diclemente, que se llama la Rueda del Cambio. Ésta nos permite situar a la persona que viene a consulta en una de las etapas del cambio y de esta manera adaptar la terapia al momento justo en el que la persona se encuentra. 

Para entenderlo mejor, veamos las fases de las que consta esta rueda del cambio: 

- Precontemplación: la persona no es consciente que tiene un problema. Cuando viene a terapia en esta fase es porque suele venir obligado por una tercera persona, ya sea familiar, servicios sociales, etc. Es una etapa compleja porque la persona no entiende por qué está en el psicólogo ni por qué tiene que cambiar. No ve el problema y por lo tanto nuestro objetivo será ayudarlo a que pueda ser consciente de él y de esta manera que por sí mismo pueda ver la necesidad de cambiar. 

- Contemplación: en esta fase la persona sabe que hay algo que no funciona en su vida pero no tiene muy claro que la solución pase por cambiar alguna cosa. En este caso, ya es consciente del problema y de lo que se trata es de ayudarlo a ver que la solución pasa por una actitud activa por su parte y que pueda ver la necesidad del cambio. Muchas personas vienen a terapia en esta fase. 

- Preparación: la persona ya ve el problema y es consciente de que tiene que cambiar. También es habitual que las personas vengan a terapia en esta fase. En este caso, tenemos que ayudar a la persona, dotandola de herramientas para que pueda poner en marcha su cambio, ya que todavía no está decidida a dar el paso, probablemente porque no sabe por donde tirar. 

- Acción: la persona está decidida a camabiar y nuestro papel es acompañar en este proceso. Es importante que cuando una persona decide emprender un proceso de cambio, sepa que las recaidas forman parte del mismo proceso y que por lo tanto no sería extraño que sucediera.

- Mantenimiento: los procesos de cambio implican tiempo. Lo que se ha mantenido de cierta manera durante muchos años no puede cambiar de un día para otro por eso es importante que la persona persista en su objetivo de cambiar y mantenga los cambios conseguidos. Aquí de nuevo acompañamos a la persona dando estrategias para mantener los cambios conseguidos y evitar recaidas. 

- Recaída: como ya hemos comentado la recaida es una etapa más. No siempre se da, pero es habitual. Por lo tanto, es conveniente preparar a la persona para que de esta etapa extraiga algo positivo y no tire la toalla. Si comprende que es una etapa normal no se desmotivará, por eso es importante que sepamos transmitirle esta concepción de la recaida. 

Teniendo en cuenta estas etapas del proceso de cambio, ¿qué condiciones se tendrían que dar en teràpia para que la persona pueda cambiar? 


  1. Creer que el cambio es posible, aunque no sea en relación a su problema. Tener una actitud positiva en relación al cambio siempre es positivo. 
  2. Cuando acude a terapia es muy importante que ésta sea adecuada para la etapa en la que se encuentra la persona en su proceso de cambio. 
  3. Que la persona integre las recaidas como una etapa más de proceso de cambio para que no se desmotive y abandone. 
  4. Trabajar en terapia en el nivel que requiere el cambio, a veces puede ser a nivel superficial pero otras veces puede ser necesario un trabajo más profundo. 
  5. Las técnicas utilizadas tienen que ser las más adecuadas según sus características y necesidades sino se puede producir reactividad y las probabilidades de cambiar disminuyen. 
  6. Se gestionan adecuadamente las resistencias que se pueden producir en este proceso de cambio.  
  7. No tener prisa ya que son procesos que a veces requieren tiempo. No sólo se tienen que incorporar a nivel cognitivo sino que se tienen que integrar en todos los niveles. 

     Realmente, el proceso dependerá del cambio que se desee conseguir, pero aqui teneis una pautas generales sobre las condiciones ideales para conseguir el cambio y lo que puede provocar que el cambio no sea posible. 

Para cualquier consulta, estoy al otro lado. 

Feliz día, 

Mª Jesús Soriano 



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